jueves, 23 de julio de 2009

Qué tal aprovechamiento

En política no hay coincidencias. Tampoco puede ser necio quien ingresa a esa arena trajeado de demócrata. Necio como para permitir que voceros del mrta –la antimateria democrática– usen Palacio Legislativo para hacer apología del terrorismo. Recordemos que la secta terrorista Mrta planeó dinamitar nada menos que el Congreso, en acción execrable que planificara la convicta emerretista Lori Berenson. Sin embargo esa temeridad se produjo ayer. Fue obra de Víctor Mayorga, congresista de las filas del humalismo que le franqueó el ingreso al Parlamento a una delegación de Patria Libre, órgano de fachada de los autotitulados “liberados del Mrta”. Pero, ¿a qué fueron al Palacio Legislativo? Pues a dar una conferencia de prensa para anunciar –desde el cenáculo de la democracia que juraron aniquilar– que postularán en las elecciones del 2011. Pero Mayorga no solo les abrió las puertas del recinto congresal, sino que fungió de maestro de ceremonias en la conferencia de marras. Lo hizo de la mano de su asesor Gustavo Espinosa Montesinos, “boquita de caramelo”, comunista declarado, ex jefe de la Cgtp soviética, que ahora recibe un jugoso sueldo del Estado.

Las paredes de nuestro Congreso retumbaron cuando uno de los terroristas liberados expresó
muy orgulloso que “el compañero Néstor Serpa Cartolini es muestro líder histórico”. Recordemos que el miserable Serpa fue un terrorista especializado en secuestrar empresarios para torturarlos, confinándolos durante seis o más meses en inmundas celdas subterráneas de dos metros cuadrados, sin baño, luz, ni aire, para conseguir el pago de millonarios rescates. Serpa también ejecutó la toma de la embajada de Japón y ordenó la criminal violación de los derechos humanos de inocentes rehenes. Y este canalla es el “líder histórico” de la basura de gente que ayer utilizó nuestro Congreso para hacer apología del terrorismo, gracias al imberbe Mayorga.

La democracia es sinónimo de tolerancia. Sin embargo tolerancia no es lo mismo que estupidez. No puede ser que el terrorismo use la democracia para conseguir sus objetivos perversos, y que permitan aquello quienes fungen de dirigentes demócratas –en este caso un representante del partido de Ollanta Humala que aspira a ser presidente del Perú dizque por la vía democrática–. Pero no nos engañemos. También hay falsos demócratas, como Humala, que pretenden llegar a la jefatura del Estado para, en sus propias palabras, “realizar una mesa de concertación que zanje el tema del terrorismo”. Es decir, para darle la bendición a Sendero y al Mrta, sectas terroristas a las que Ollanta Humala anteayer se negó a calificarlas como tales.

Ahora bien, mientras se producía este estropicio en nuestro primer poder del Estado, ¿qué hacían el presidente y los numerosos vicepresidentes del Congreso? Nada. Por ello no solo Mayorga necesita una reprimenda sino toda la mesa directiva parlamentaria. Aunque en pocos días cambiará de manos.

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