martes, 16 de junio de 2009

Oídos sordos

Señor Presidente, tenga mucho cuidado, sea prudente, sobre todo no deje de actuar sin el rigor de la ley en busca de la justicia y la verdad. No cometa el error que cometieron los políticos bolivianos de negociar la ley en busca de una paz efímera, para salir del paso a la crisis política que pueda sobrevenir sobre estos últimos conflictos.

Si negocian la ley por la paz tal vez su gobierno y su persona salgan airosos, pero el costo será muy alto en muy pocos años para el Perú, su sistema político e institucional. Los generadores de violencia y conflictos habrán ganado.”

Honda recomendación a nuestro jefe de Estado, Alan García, que proviene del enterado político y Diputado boliviano, Javier Arrázola Mendívil. Lamentablemente no ha sido escuchada. Porque, señores, negociar la ley a cambio de una paz pasajera implica quebrar toda la estructura jurídica sobre la que se basa una sociedad. Equivale a someterla a la extorsión violentista a cambio de una paz que al poco tiempo se tornará en nueva amenaza, aún mayor, sabiendo el enemigo que volverá a torcerle el pescuezo a su interlocutor, en ese caso el Estado. Lo mejor es perseverar, no mostrar debilidad, sentirse y mostrarse convencido de que la ley y los principios por los cuales lucha el gobierno son los correctos, los que convienen a la mayoría del país, los que habrán de llevarnos al desarrollo.

“Tenga cuidado con las organizaciones de Derechos Humanos y oenegés que asesoran a los campesinos e indígenas, de los curas que pregonan la teoría de la liberación, desconfíe de ellos, no los deje solos... sólo usan la pobreza y el indigenismo con otros fines, y no los más nobles... La guerra, que ahora ellos libran, es la jurídica, la política, la comunicacional y la social. Ésta última es la desestabilizadora, la del conflicto y la del caos, la de la sangre humilde y pobre.”
Otra sabia sugerencia del legislador boliviano. Como sostiene EXPRESO, la mayoría de oenegés y demás organismos verdes o derechohumanistas conforman el ejército de avanzada del comunismo, un frente que cuenta con el respaldo jurídico de la progresía internacional incrustada en organismos como la ONU, infiltrados de socialistas de corte estalinista, esa neoizquierda que solo busca recapturar su poder omnímodo y opresor, aquel que reflejan todos los ejemplos históricos.

Y concluye de la siguiente forma la sugerencia --que resumimos de manera escueta-- del ilustrado político boliviano, integrante de UnoAmérica, grupo establecido precisamente para luchar contra la guerra comunicacional del neoizquierdismo: “La débil democracia de nuestros países es la herramienta que utilizan ellos... Esté preparado para la verborrea de Chávez, Morales, Correa y Ortega. No pierda ninguna de esas guerras (política, comunicacional, jurídica, social), sea fuerte como los colombianos, que han sabido pelear en todos los espacios contra las FARC y su financiadote el narcotráfico. El comunismo se encuentra a la vuelta de la esquina... Acuérdese de lo que le escribo, señor Presidente, en Colombia las FARC están perdiendo la guerra, por eso van a colgar las botas y el traje militar, para ponerse plumas y ponchos.”

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