martes, 26 de mayo de 2009

Contrastes

La fenomenal crisis económica que afecta a Venezuela –muchísimo más que a la mayoría de países del planeta por el despilfarro que hizo, y sigue haciendo en su gobierno para imponer el socialismo en Latinoamérica– ha forzado al impresentable Hugo Chávez –y a todas sus alimañas regionales: Correa, Morales, Kirchner, Ortega, etc.– a radicalizar su programa socialista, acelerando la confiscación de los sectores productivos y periodísticos en sus respectivos países, y a cercenar las libertades, empezando por la de opinión. El Banco de Santander es el último bocatto financiero que se ha engullido la “revolución bolivariana”, y Globovisión es su flamante víctima a nivel mediático. 

Sencillamente a más miseria más radicalización. Una máxima común entre las tiranías izquierdistas. Como sucede en Cuba, la Meca de los socialistas latinoamericanos. “Patria o Muerte Venceremos”, gritaba el hoy agonizante tirano-asesino Fidel Castro. Y “Ahorro o Muerte” es la voz de los paupérrimos isleños tras medio siglo de dictadura socialista que ha impuesto la más draconiana miseria económica y la más brutal de las violaciones de las libertades del hombre en Cuba. Eso que los progre llaman derechos humanos, por lo que tanto abogan –eso sí, solo en los países democráticos– a cambio de subvenciones de gobiernos y fundaciones capitalistas; y que sin embargo tanto aplauden cuando son violados en naciones con regímenes de izquierda, como Cuba y Venezuela, por ejemplo.

Es imprescindible entonces que en el Perú el gobierno y los medios de comunicación serios –pero sobre todo los partidos políticos responsables– le abran los ojos a los peruanos, divulgando las atrocidades que comete el impresentable Chávez en nombre de los pobres, cuando es un hecho que éstos son cada vez más en Venezuela. No solo son numéricamente más pobres sino esencialmente cada día más miserables. Y lo mismo sucede en Cuba, donde los cubanos no solo sufren cada vez más restricciones de electricidad sino que les resulta cada día más difícil buscar alimentos. En consecuencia es intolerable que la progresía mundial ignore esta realidad y siga presentando a Cuba como ejemplo ante los sectores necesitados de toda la región. Por ello reclamamos la campaña aleccionadora de los sectores de centro y de derecha, para que le enseñen al pueblo la realidad sobre cómo se vive en una sociedad socialista como Cuba y Venezuela.

Mientras tanto Perú continúa su camino hacia el progreso. Silencioso pero imperturbable, supera día a día los obstáculos de la crisis internacional, atrayendo inversiones foráneas y locales. Esta es pues otra poderosa razón para que tengamos extremo cuidado con lo que se hace y dice a lo largo de este año, víspera del electoral. Se trata de un trabajo que, si se hace bien, nos puede consagrar como nación exitosa. Para ello hace falta conseguir que el voto mayoritario castigue a la izquierda y consolide más bien dos décadas de crecimiento, trabajo y modernidad. En ese camino no solo hace falta que el gobierno actúe con firmeza, rapidez, inteligencia y prudencia, sino que lo haga todo aquel que aspira a vivir en libertad, tranquilidad y desarrollo. Si al final del año 2010 Perú exhibe crecimiento y solidez, las elecciones del 2011 nos llevarán a buen puerto. Hagamos todo lo posible. NOTA: Esta columna continuará apareciendo en forma intermitente hasta el retorno de su autor.

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