martes, 26 de mayo de 2009

Contrastes

La fenomenal crisis económica que afecta a Venezuela –muchísimo más que a la mayoría de países del planeta por el despilfarro que hizo, y sigue haciendo en su gobierno para imponer el socialismo en Latinoamérica– ha forzado al impresentable Hugo Chávez –y a todas sus alimañas regionales: Correa, Morales, Kirchner, Ortega, etc.– a radicalizar su programa socialista, acelerando la confiscación de los sectores productivos y periodísticos en sus respectivos países, y a cercenar las libertades, empezando por la de opinión. El Banco de Santander es el último bocatto financiero que se ha engullido la “revolución bolivariana”, y Globovisión es su flamante víctima a nivel mediático. 

Sencillamente a más miseria más radicalización. Una máxima común entre las tiranías izquierdistas. Como sucede en Cuba, la Meca de los socialistas latinoamericanos. “Patria o Muerte Venceremos”, gritaba el hoy agonizante tirano-asesino Fidel Castro. Y “Ahorro o Muerte” es la voz de los paupérrimos isleños tras medio siglo de dictadura socialista que ha impuesto la más draconiana miseria económica y la más brutal de las violaciones de las libertades del hombre en Cuba. Eso que los progre llaman derechos humanos, por lo que tanto abogan –eso sí, solo en los países democráticos– a cambio de subvenciones de gobiernos y fundaciones capitalistas; y que sin embargo tanto aplauden cuando son violados en naciones con regímenes de izquierda, como Cuba y Venezuela, por ejemplo.

Es imprescindible entonces que en el Perú el gobierno y los medios de comunicación serios –pero sobre todo los partidos políticos responsables– le abran los ojos a los peruanos, divulgando las atrocidades que comete el impresentable Chávez en nombre de los pobres, cuando es un hecho que éstos son cada vez más en Venezuela. No solo son numéricamente más pobres sino esencialmente cada día más miserables. Y lo mismo sucede en Cuba, donde los cubanos no solo sufren cada vez más restricciones de electricidad sino que les resulta cada día más difícil buscar alimentos. En consecuencia es intolerable que la progresía mundial ignore esta realidad y siga presentando a Cuba como ejemplo ante los sectores necesitados de toda la región. Por ello reclamamos la campaña aleccionadora de los sectores de centro y de derecha, para que le enseñen al pueblo la realidad sobre cómo se vive en una sociedad socialista como Cuba y Venezuela.

Mientras tanto Perú continúa su camino hacia el progreso. Silencioso pero imperturbable, supera día a día los obstáculos de la crisis internacional, atrayendo inversiones foráneas y locales. Esta es pues otra poderosa razón para que tengamos extremo cuidado con lo que se hace y dice a lo largo de este año, víspera del electoral. Se trata de un trabajo que, si se hace bien, nos puede consagrar como nación exitosa. Para ello hace falta conseguir que el voto mayoritario castigue a la izquierda y consolide más bien dos décadas de crecimiento, trabajo y modernidad. En ese camino no solo hace falta que el gobierno actúe con firmeza, rapidez, inteligencia y prudencia, sino que lo haga todo aquel que aspira a vivir en libertad, tranquilidad y desarrollo. Si al final del año 2010 Perú exhibe crecimiento y solidez, las elecciones del 2011 nos llevarán a buen puerto. Hagamos todo lo posible. NOTA: Esta columna continuará apareciendo en forma intermitente hasta el retorno de su autor.

domingo, 24 de mayo de 2009

La falacia izquierdista

Resulta enfermizo el argumento zurdo que sólo la izquierda defiende el interés de los pobres y necesitados. Ese es simplemente un mito perverso que, a falta de verdaderos argumentos, impone el socialismo en cuanta oportunidad tiene por delante para destruir el pensamiento de derecha que aboga por el éxito y la libertad. 
La derecha está compuesta por seres humanos, señores, por gente que siente, comprende y ansía que el pobre salga de la miseria. Pero la derecha no busca que aquello se produzca repartiendo –robando– propiedad ajena, sino más bien promoviendo la generación de nuevos recursos que abonen a favor del progreso personal de los necesitados. Y la derecha apunta a ello tanto por elemental sentido humanitario, como por una razón de autodefensa, ya que un país de propietarios obliga a que todos sus habitantes remen en un mismo sentido

Mientras tanto la izquierda solo busca que los jerarcas socialistas se hagan ricos a costa de apoderarse del patrimonio de los hombres de trabajo que, a través de esfuerzo, ahorro y trabajo, lograron convertirse en propietarios. Y para destruir esa riqueza la zurda acusa al emprendedor de explotar al pobre, le confisca su hacienda y por último lo encarcela por abusivo. Y toda esta falacia conduce a que, al final del día, los burgueses –sometidos a la voluntad tiránica de la izquierda– acaben condenados a vivir como en esa Cuba que celebra 50 años de dictadura asesina de Fidel; o en la URSS con 7 décadas de socialismo de una cúpula criminal privilegiada; o en el gulag de la mortífera tiranía rumana de los Ceussescu; o en la asesina revolución de Mao que sometió al terror a mil millones de chinos. En todos esos casos fue la izquierda la que obligó a los pobres –como aún lo hace en Cuba– a vivir paupérrimamente, miserablemente, inhumanamente; privados de su libertad, encarcelados en un mundo materialista que condena todo contenido espiritual de la vida, incluyendo la religión. Esto es una realidad palpable, cabal. No es un cuento.  

Por ello resulta grotesco que el socialismo criollo invoque las palabras libertad y democracia. Recordemos nomás el último gobierno socialista que tuvo este país. Para empezar, fue fruto de un golpe de Estado. La dictadura militar copó los tres poderes del Estado. Monopolizó durante doce años tanto el Ejecutivo como el poder Judicial. ¿Acaso no fue así, Enrique Bernales Ballesteros, hoy referente demócrata-constitucionalista de la progresía caviar? Y sencillamente clausuró el Legislativo sustituyéndolo por el COAP, un aparachik de uniformados asesorados por esos mismísimos socialistas infelices que hoy manejan oenegés que defienden los derechos humanos de los terroristas. 

Fueron pues doce años de dictadura socialista, sumados a otros cinco de un belaundismo que, salvo devolver los medios de prensa confiscados, mantuvo las “reformas sociales” velasquistas, y a cinco más del primer gobierno aprista que enarboló la bandera siniestra. En consecuencia, debido a aquel aciago cuarto de siglo zurdo Perú saboreó el más estrepitoso fracaso económico de su historia. O, para ser más precisos, la izquierda hizo que los pobres en el Perú se volvieran más pobres y los ricos más ricos. A contrapelo de lo que sucede desde 1990, a partir de cuando este país es gobernado por el centro derechismo.NOTA: Esta columna seguirá apareciendo en forma 
intermitente hasta el retorno de su autor.

viernes, 15 de mayo de 2009

¿Ciencia ficción?¿Ciencia ficción?

Circulan toda suerte de rumores en torno a la demanda presentada por Perú ante La Haya contra Chile. Sin duda los servicios de inteligencia de Santiago vienen trabajando a mil por hora, generando intrigas y creando situaciones incómodas para nuestro país, tanto afuera como de seguro internamente. Son prácticas usuales entre países en momentos de tensión diplomática. La desventaja para el Perú, en este caso, es que sus servicios de inteligencia fueron dinamitados por Paniagua y Toledo, y reconstruirlos toma décadas. De manera que la asimetría con Chile en este aspecto es también grosera. Un correo electrónico llegado a nuestra Redacción narra un episodio de ciencia ficción que los peruanos no deberían dejar de leer. Resumimos algunos pasajes del mismo.

“Tercera semana de junio de 2012. La Corte Internacional de Justicia de La Haya ha expedido su fallo unánime decidiendo hacer conocer a las partes y al mundo que en el curso de la línea de frontera entre las zonas marítimas de los dos Estados, de acuerdo con la ley internacional, es una línea equidistante entre las prolongaciones de sus territorios adyacentes al mar desde sus líneas de base y que el Perú posee soberanía marítima exclusiva en esa zona hasta el límite de las 200 millas náuticas desde la costa, pero fuera de la zona económica exclusiva de Chile o de su zócalo continental.

El fallo fue recibido con entusiasmadas manifestaciones populares e ilimitada alegría en el Perú, pero originó un silencio sepulcral en el país del sur.

Enero de 2013. La Corte declara inadmisible la revisión del fallo solicitada por Chile. Perú celebra nuevamente y exige, por la vía diplomática y ante el Consejo de Seguridad de la ONU y su Asamblea General, que Chile honre el mandato que le ha compelido la Corte o que, en su defecto, la ONU intervenga en el caso para hacer efectivo el fallo.

Mayo de 2013. Bolivia se pronuncia sobre el contencioso, advirtiendo que se reservará las acciones que crea convenientes para resguardar el derecho que le asiste.

Junio de 2013. Ecuador manifiesta, mediante una declaración oficial de su Cancillería, que honrará los acuerdos internacionales de cooperación mutua suscritos con Chile.

Julio de 2013. La noche del 26 de julio Chile captura 14 embarcaciones pesqueras peruanas que faenaban en el extremo sur del límite entre las dos naciones, aduciendo que lo hacían en aguas territoriales chilenas que establecía el Acuerdo Pesquero de 1954 y las retiene como intrusas. Se niega a devolver las embarcaciones y sus tripulantes, enviándolas bajo escolta naval a Valparaíso. Perú exige su devolución inmediata.

Agosto de 2013. Chile inicia un proceso investigatorio por delito de espionaje en contra de 14 de los 115 tripulantes de las embarcaciones capturadas y devuelve a los restantes pero no a sus naves.

17 de agosto de 2013. Perú reitera la solicitud de intervención del Consejo de Seguridad de la ONU con el objeto de hacer cumplir los fallos de La Haya y proteger la paz en el subcontinente al considerar que se ha iniciado una escalada de actos inamistosos entre los dos países, atizada por declaraciones pro chilenas de Ecuador y Bolivia.

18 de agosto de 2013, 3.45 am. Chile decreta la movilización parcial de sus Fuerzas Armadas. Ecuador y Bolivia lo hacen también parcialmente, dirigiendo el primero sus unidades de elite hacia la frontera entre Tumbes y la ruta a San Ignacio. Bolivia moviliza frente a Huancané y Buahuaja-Sonene. Perú moviliza en cuatro frentes a la totalidad de sus Fuerzas Armadas.

19 de agosto de 2013. Chile entrega al embajador peruano en Santiago un ultimátum para que Perú desmovilice parcialmente, dentro de las 24 horas de recibido éste, sus Fuerzas Armadas, a lo que el Perú se niega. 

Ecuador impide el paso de los buques peruanos y a los extranjeros fletados que traen carga bélica al Callao y Paita.

Anochecer del 21 de agosto de 2013. Chile inicia tres ataques en simultáneo a lo largo de la frontera sur y parte de su flota ingresa al mar territorial peruano tratando de bloquear Ilo y Mollendo. Perú intenta rechazar los ataques chilenos pero éstos progresan con relativa facilidad.

22 de setiembre de 2013. Haciendo acopio de todas sus fuerzas, Perú desencadena un contraataque por tierra, mar y aire; consigue progresos inmediatos pero no pueden ser mantenidos por lo que se retira desordenadamente a una línea defensiva extremadamente improvisada que abarca desde Pisco hasta Abancay.

Julio de 2014. Después de meses de negociaciones infructuosas, con los puertos bloqueados, sin poder militar disuasivo alguno, con el territorio ocupado y con resistencia serrana focalizada pero encapsulada, se firma el Tratado de Límites entre Perú y Chile que reconoce como límites entre ambos países la línea del statu quo y el paralelo geográfico iniciado en Pisco como línea de base. Posteriormente Chile suscribe un Tratado de Amistad y Límites con Bolivia y le entrega, dentro del territorio peruano conquistado, un corredor soberano de 100 kilómetros de ancho entre el puerto de Pisco y Bahuaja-Sonone, que incluye al Cusco como ciudad boliviana.Perú ganó en La Haya pero perdió, en realidad, cerca de la cuarta parte de su territorio y de sus riquezas, entre ellas el agua, el cobre, el gas y el mar adyacente.

¿Ciencia ficción? Huelgan los comentarios.

jueves, 14 de mayo de 2009

¿El mundo es de los criminales?

El mundo del sentido, la verdad, la lógica, la estabilidad y el imperio de la ley viene encaminándose a un callejón sin salida. Desorientado por la creación de sus propias trampas; impulsado por la idea de ir más allá de los estatutos fundamentales de la sociedad organizada; y engañado por el verbo florido de una izquierda que lo envuelve todo –inclusive el peor crimen– en papel de seda, el planeta ha ingresado a tal etapa de idiotez que ahora lo bueno es malo y la vileza resulta siendo paradigma del bien.

Atrás quedaron las leyes, las constituciones, los estatutos, los códigos judiciales, etc. Y por supuesto más atrás aún quedó el principio de autoridad. Hablar de ello resulta ahora cursi, cuando no anticuado o, más grave aún, contrario a los derechos humanos. Hoy el mundo navega por el lado de la heterodoxia izquierdista; siempre fuera de toda lógica; siempre ajeno a toda razón, siempre en las antípodas del sentido común. El mundo contemporáneo –que, por arte de birlibirloque domina jurídicamente la zurda– gira en torno a un dogmatismo que impone las cosas al compás de códigos siniestros; de una falaz ética izquierdista –concebida como químicamente pura porque, argumentan los zurdos, “la derecha desprecia al pobre”–, y de una serie de normas permisivas que amparan a quienes practican el izquierdismo fariseo. Nos referimos a esa opereta bufa en la que quien pregona sacrificio y vida espartana vegeta como acaudalado magnate con el dinero que mendiga al mundo rico dizque para defender a los menesterosos. Es pues el mundo de la mentira, allí donde toda persona que discrepe del ideario zurdo no solo está errada sino que automáticamente pasa a la categoría de delincuente social.

A usted le consta, amable lector, ¿acaso es posible que este país luche contra el terrorismo sin que quienes defiendan al Estado –que representa a la sociedad– acaben acusados de violar los derechos humanos de los genocidas? Y uno se pregunta, ¿por qué se da esta infamia? Pues sencillamente porque la progresía jurídica –que ha copado los gobiernos del planeta sin ganar elección alguna– dicta leyes que convienen a su interés, orientadas solo a recuperar el control del mundo. Como sucedió durante las décadas de Lenin, Stalin y toda la banda criminal de sus sucesores en la ex URSS; o a lo largo de la añosa hegemonía de Mao; o durante los cincuenta años de tiranía de Fidel Castro. Porque la aspiración del izquierdismo mundial es volver a manejar el planeta a partir de gobiernos dictatoriales, sanguinarios, opresores, como todos esos ejemplos lo señalan.

Y en el colmo de la imbecilidad, ahora resulta que las leyes internacionales –creadas por la progresía caviar– también impiden apresar a los piratas salvajes que secuestran naves –tripulantes incluidos– a lo largo del Golfo de Adén y las costas de Somalia. En efecto, la Armada Española acaba de liberar a siete piratas, a los apresara tras haber secuestrado al petrolero Marqués de la Ensenada. ¿La causa? Así lo ordenó el juez español, Fernando Andreu, amparado según afirma en el derecho internacional. Así las cosas, vienen reduciéndose al galope las posibilidades de luchar contra el crimen.

miércoles, 13 de mayo de 2009

El país número 199

Los 5 continentes acogen a 199 naciones: 54 en África, 50 en Europa (la más reciente constituida hace apenas 9 meses), 43 en Asia, 36 en América y 16 en Oceanía. Aunque la ONU solo registra a 191 (incluyendo Israel y Palestina). Los dos últimos miembros en incorporarse a las Naciones Unidas fueron Suiza (año 2002) y Timor Oriental. Por más utópico que parezca en pleno tercer milenio del cristianismo, vemos que siguen apareciendo nuevos Estados. Abkhazia es, repetimos, el último en ingresar a la lista de naciones independientes. Fue reconocido oficialmente soberano el 26 de agosto de 2008 por Rusia y, tiempo más tarde, por Nicaragua. Punto. Ni un solo país más. Su población llega a 200 mil personas agrupadas en un territorio cuya extensión es apenas de 8,432 km2 (1 habitante por cada 29 km2), conformado por una geografía que en la foto aparenta ser fascinante, con una preciosa costa que baña el espectacular Mar Negro. Aunque la inmensa mayoría del mundo lo ignora, Abkhazia tiene bandera, himno, lenguaje –todo propio–, además de un gobierno elegido, incluyendo presidente, vicepresidente, primer ministro, etc. Sin duda tan alucinante como resulta para nosotros enterarnos de esta excentricidad, debe ser para un abkhaziano saber que existe el Perú.

Desde el siglo 9 Abkhazia formó parte de la república caucásica de Georgia. Recién durante el siglo 16 nace el principado de Abkhazia. Y a partir del siglo 19 la Rusia zarista comienza a disputar su control con el imperio otomano. Sin embargo en 1931 Stalin funda la república autónoma de Abkhazia dentro del territorio de Georgia. Autónoma nominalmente, porque jamás dejó de estar sujeta al férreo control soviético. No obstante, conforme la URSS fue desintegrándose –a partir de 1980– arrancaron las fricciones entre las naciones que la conformaban. Abkhazia en la práctica fue absorbida y dominada por Georgia, con el resultado de brutales luchas étnicas que acabaron en muerte, destrucción y finalmente en la diáspora de la mayoría de abkhazianos. Hasta que hace apenas 9 meses Rusia intervino para sellar su traumática independencia. 

La verdad es que en Abkhazia todo está por hacerse. Si bien algún día fue república autónoma, la caótica situación de las naciones que integraron la URSS, aparte de las guerras intestinas libradas con Georgia, acabaron pulverizando a aquel Estado. Es más, miles de abkhazios huyeron de su país. Hoy viven en bolsones étnicos, sobre todo en Turquía, Jordania y Siria. Y desde el reciente divorcio de Georgia apenas han retornado a su patria alrededor de 2 mil abkhazios. Lo interesante es que en medio del actual desconcierto mundial –motivado por la crisis económica y la lujuria del todo vale– la parábola sería que aún quedan zonas del orbe que buscan formarse como sociedades con expectativa de éxito. En este caso, es evidente que si los abkhazios deciden no retornar a su suelo –por temor a que se repitan épocas de encono, espanto y desolación–, sin duda habrá ciudadanos de otros países –¿jóvenes peruanos acaso?– deseosos de instalarse en un nuevo Estado que aspira a la modernidad, lejos del mundanal ruido y ajeno a la hiper hacinación, como hoy vive la mayor parte del planeta.

martes, 12 de mayo de 2009

¡Qué vergüenza!

Tras meses de trabajo, la Comisión Investigadora del Congreso –en torno a las Casas de ALBA– ha emitido su dictamen. Resumimos a continuación los aspectos más saltantes:

- 40 dirigentes de las Casas de ALBA tienen antecedentes policiales, judiciales o penales.

- Gran número de dirigentes de las Casas de ALBA ha viajado a Venezuela y Bolivia.

- El dirigente Marcial Maydana Vilca tiene un ingreso mensual de 500 soles. A pesar de ello ha “ayudado” a que 14 mil peruanos viajen a Bolivia “a ser operados”.

- El dirigente de la Casa de ALBA de Cajamarca, Alex Aquino Chilon, ha realizado viajes a Venezuela, Colombia, Suiza, Italia, España y Argentina sin contar con ingresos. 

- El embajador de Venezuela en el Perú, conjuntamente con la señora Virly Torres Curvelo han intervenido directa y manifiestamente en organizar “vuelos de ayuda humanitaria” a Venezuela y Bolivia en naves de la empresa Conviasa S A que solo aterrizaban de noche en el aeropuerto de Tacna, sin control alguno para los pasajeros que recogía, todos oriundos de Cusco y Puno. Tanto el embajador de Venezuela como la señora Torres Curvelo hicieron proselitismo político pro pensamiento bolivariano. Las historias clínicas de los ciudadanos peruanos que fueron trasladados y operados en Bolivia se encuentran en poder de la embajada de Cuba en La Paz.

- Es significativo el silencio de la Defensoría del Pueblo que conoce a fondo el caso.

- El uso político de la “ayuda social” que brinda el gobierno de la República Bolivariana de Venezuela es un patrón de conducta del régimen del Hugo Chávez, quien se encarga de hacer personalmente públicas sus simpatías por determinados líderes políticos de corte nacionalista y/o de izquierda en América Latina.

- Según el gerente de la Red Asistencial Juliaca: “Desde hace aproximadamente tres años se viene detectando complicaciones post operatorias de ojos, en la consulta ambulatoria de servicio de Oftalmología. Los mencionados pacientes refirieron haber sido operados en ´Copabacana, Bolivia´”.

- Existe participación de los pacientes “beneficiados” en actos proselitistas, como bloqueo de carreteras, calles y plazas de la ciudad utilizando maquinaria pesada e inclusive el intento de tomar violentamente el Aeropuerto Internacional de Cusco, manipulados por dirigentes de la Casa de Alba de Cusco.

- El Hospital de Copacabana (Bolivia) fue inaugurado el 8 de mayo de 2006 por Evo Morales, presidente, y Ollanta Humala, candidato a la presidencia del Perú.
- La Dirección Nacional de Inteligencia no cuenta con marco legal, recursos, ni personal adecuados para enfrentar este problema.

¿Cómo es posible que Torre Tagle y, en general, todo el Ejecutivo haya permitido que se consolide esta flagrante intromisión política de un país foráneo, no obstante la campaña de alerta que hace dos años lanzaran medios como EXPRESO advirtiendo lo que hoy comprueba el Congreso? ¿Qué dice de ello el presidente, Alan García? Y ¿qué hará al respecto su ministra de Justicia? Esperamos una muy pronta y firme declaración. A propósito, la Defensora del Pueblo, gran caviar, tiene también mucho que explicar.

lunes, 11 de mayo de 2009

Todos contra el terror

Aplaudíamos el sábado la actitud valiente, decidida y sobre todo justa del presidente Alan García de homenajear –sin ambages ni temores– a los soldados y policías peruanos que cayeron abatidos por el AKM o la dinamita de Sendero Luminoso y el Mrta, inaugurando un monumento a su memoria en el Patio Principal de Palacio de Gobierno. 
Contrasta la resuelta iniciativa del actual jefe de Estado con la cobardía de anteriores mandatarios que prefirieron no solo ignorar sino, peor aún, criticar y hasta repudiar a las Fuerzas Armadas tras haber cumplido éstas un rol pivotante en la erradicación del terrorismo.

En un tema tan sensible y fundamental para toda sociedad –como en nuestro caso fue la derrota de Sendero Luminoso y el Mrta, apresando con extrema habilidad a toda la cúpula genocida y condenándola a cadena perpetua, aunque más adelante la progresía se hiciera cargo de liberar a cerca de mil miserables y de reducirle la pena a casi todo el resto–, los gobernantes no deben actuar a medias tintas. O están en contra o a favor del terrorismo. No existe espacio para que la sociedad rinda homenaje –en calidad de víctimas del Estado– a los terroristas, construyendo museos de la memoria calcados del extranjero –promovidos por la progresía para santificar al terror y satanizar al Estado–, ni erigiendo monumentos ideológicos dedicados a igualar el comportamiento de las fuerzas del orden de la sociedad con el proceder de los genocidas, cuando no inclusive a tratar de señalar al Estado como el principal asesino.  

Por eso, reiteramos, chapeaux, doctor Alan García. Pero es importante preciar que nuestro presidente no está solo en el combate al terrorismo. Ya vimos el caso de España, donde los partidos políticos han suscrito un pacto antiterror que prohíbe todo homenaje en torno a la figura del terrorismo. Ahora hablemos de Francia. El presidente galo Nicolás Sarkozy, por ejemplo, fue firme al declarar universalmente: “No bajaremos la guardia frente a esa lacra ya sea el rostro odioso de ETA o el de Al Qaeda, puesto que es nuestro deber defender a los ciudadanos, hacer justicia a las víctimas y preservar las democracias que tenemos el honor de representar. Y al final del camino, venceremos.” 

Es más, según Sarkozy, “La idea del que todo es igual, lo verdadero y lo falso, lo bello y lo feo, que el alumno vale tanto como el maestro, que no hay que poner notas para no traumatizar a los malos estudiantes. Nos hicieron creer que la víctima cuenta menos que el delincuente (…) Que la autoridad estaba muerta, que las buenas maneras habían terminado, que no había nada sagrado, nada admirable. (…) Una izquierda hipócrita que permitía indemnizaciones millonarias a los grandes directivos (…) Esa izquierda está en la política, en los medios de comunicación, en la economía. Le ha tomado el gusto al poder (…) Dejaron de ser las fuerzas del orden y crearon la frase: ´Se ha abierto una fosa entre la policía y la juventud: los vándalos son buenos y la policía es mala´ (…) Extraordinaria dialéctica la de Sarkozy, que pone en claro el doble estándar de la izquierda elegante que no solo ha decidido gobernar sin ser elegida por los votos, sino que coloca a los terroristas en el lugar de los buenos y a la policía y a los soldados como los demonios. Persevere entonces, doctor Alan García. Está en la línea correcta.

Éxito doble

Dos triunfos de la razón: 1) el obelisco develado en el Patio de Honor de palacio por el presidente Alan García para rendir homenaje a los miembros de las Fuerzas Armadas y Policiales asesinados por el terrorismo; y 2) la decisión del Parlamento Europeo de incluir al Mrta en la lista de organizaciones terroristas. “Esta es la Casa de la Memoria que servirá para que nuestros soldados y policías sepan que el Perú no olvida a quienes ofrendaron su vida, su piel por sus compatriotas, por esos héroes que no dudaron en poner su pecho ante la bala asesina del terrorismo”, dijo en tono emocionado el jefe de Estado durante el tributo que rindió a los hombres de uniforme caídos defendiendo a la sociedad. Una sociedad atacada durante un cuarto de siglo por Sendero Luminoso y el Mrta. Por fin un primer mandatario de la nación dignifica el coraje y valor de las fuerzas del Estado que salieron a luchar para que en el país exista paz. Una paz hecha trizas por las hordas terroristas. Y unas hordas terroristas a las que hasta ahora la progresía no hace otra cosa que victimizar y, lo más grave de todo, homenajear a nombre de un perverso sentido de solidaridad con los derechos humanos del genocidio, pisoteando en simultáneo los verdaderos derechos humanos de esos 28 millones de peruanos que a lo largo de 25 años fueron hostigados y embestidos por el terrorismo. Chapeaux, señor Alan García Pérez.

Y en paralelo a ese triunfo de la racionalidad, el Parlamento Europeo acordó incorporar al Mrta en la lista de organizaciones que la Unión Europea califica de terroristas. “Este triunfo constituye un paso importante que permitirá al Consejo Europeo decidir sobre la aplicación en Europa comunitaria de una serie de medidas destinadas a investigar e impedir toda forma de financiación al grupo terrorista Mrta... así como (evitar) brindar cooperación judicial y policial con el propósito de facilitar la extradición e impedir el asilo de terroristas del mrta”, señala un comunicado nuestra Cancillería.

Sin embargo esto último no hubiese sido posible de no haber mediado la campaña que desató la prensa peruana independiente –a la que no pertenece la progresía caviar– a raíz de la indigna, artera carta que remitió la oenegé Asociación Pro Derechos Humanos Aprodeh al Parlamento Europeo rogándole que no catalogue de terrorista al genocida Mrta. EXPRESO lideró en parte esa campaña y se satisface del resultado. Es más, como señalamos en nuestro Editorial de ayer, no cesaremos de repetir que Aprodeh es un agente perverso dedicado a defender los dd hh de terroristas, jamás los derechos humanos dinamitados de nuestros policías, soldados y decenas de miles de hombres y mujeres de bien vivir. Aprodeh merece pues el total repudio y desprecio del Perú, un país al que esta oenegé traiciona día a día con su politizada, sesgada defensa de los dd hh de los miserables, al extremo de realizar no solo proselitismo en el extranjero a favor de Sendero Luminoso y Mrta sino de procurar fondos para rendirles homenaje, como en el caso del museo de la memoria, entre muchos otros. ¿Hasta cuándo va a permitirse que el genocidio tenga gonfaloneros que se desplacen libre, orgullosamente como tales?

sábado, 9 de mayo de 2009

Ya es tarde para protestar

Cuando EXPRESO criticaba en solitario no solo la fenomenal, más bien provocadora compra de armamento sofisticado –de ataque bélico- por parte de Chile, sino asimismo las crecientes inversiones chilenas en el Perú y la actitud complaciente –sin medir sus consecuencias– por parte de nuestro Estado, el establishment criollo criticó a este diario tildándolo de exageradamente nacionalista. Como en el siglo antepasado, muchos siguen alucinando “primero los chilenos que Piérola”. Son quienes prefieren a los chilenos que al cholo peruano, por el prurito libertario de la inexistencia de fronteras –una quimera idealista en el resto del planeta que pregona la ciudadanía universal y que resulta muy chic entre los políticamentecorrectos–, mientras otros lo hacen por razones crematísticas. Business son business, evangelizan éstos cada vez que consiguen amarrar una licitación para llevarse terrenos estatales, estratégicos, a precio huevo; o cada vez que obtienen prórrogas ad infinitud para continuar con el monopolio aéreo; o cada vez que logran licencias municipales imposibles para el resto que les permite construir torres donde no corresponde; o cada vez que se las agencian para que el Congreso peruano no apruebe asuntos relativos a los intereses chilenos acá, como sucedió con el Tratado de Libre Comercio, al igual que antes lo hicieran con el Tratado de Cielos abiertos, esa prebenda que entregó escandalosamente nuestro espacio aéreo a los chilenos. Son algunas muestras de arrodillarse delante de quienes se han posesionado de 60 mil kilómetros cuadrados de nuestro mar; ante quienes practican levantiscas maniobras militares delante de nuestra frontera; ante quienes vendieran armas de guerra a Ecuador en pleno conflicto del Cenepa. Y los ejemplos sobran.

Alejandro Toledo Manrique tiene mucho que explicarle al país por esas bajadas de pantalones. Basta citar tres gravísimos actos antiperuanos de su gobierno: 1) cedió nuestros cielos entregándole el monopolio de la aviación comercial a LAN Chile; 2) descuidó permanente y temerariamente a nuestras Fuerzas Armadas –dejándonos inermes– por la estupidez de castigar la vinculación de algunos generales con el régimen de Alberto Fujimori; y 3) dinamitó los servicios de inteligencia, es decir, mató al cartero, y colocándonos a ciegas frente al enemigo externo –Chile- y al interno: sendero luminoso y el mrta.

Por ello vemos con estupor que medios de prensa, políticos, “lideres” de opinión, etc. –que ayer nomás nos llamaron chauvinistas, antichilenos, etc. por haberle alertado la verdad al país–, hoy se rasguen las vestiduras ante el hecho consumado, cuando Chile ya se equipó hasta los dientes con armamento ofensivamente mortífero. La postura que necesita mantener el Perú frente a Chile no puede ni debe basarse entonces en miradas contemplativas, en lenguajes diplomáticos ni en gestos simpáticos. Lo que hace falta es que la sociedad peruana adopte una actitud de firmeza y de consecuencia en torno a una situación en extremo compleja y delicada como es la defensa de la soberanía. Todo el resto es huachafería y, peor todavía, cobardía. 

viernes, 8 de mayo de 2009

Atención Poder Judicial y Fiscalía

En la batalla contra el terrorismo, las mejores aliadas del horror son las organizaciones de derechos humanos. 
El problema es que siendo un coto de la izquierda, ésta se niega a responder sobre la responsabilidad que implica paralizar al Estado frente al ataque genocida. Es más, se limita a repetir como papagayo la letanía que el Estado no debe ponerse a nivel del terrorista. Pero no expone qué quiere decir eso. Tampoco precisa su fórmula mágica para repeler el ataque sedicioso sin herir la susceptibilidad de los pobres terroristas. Ni explica los métodos lícitos para erradicar ese cáncer de la humanidad.  

En rigor lo que busca la izquierda con su silencio es que siga el status quo. Porque ese mutismo permite que la progresía se constituya –como de facto lo es– en Catón, en árbitro del bien y el mal. Y gracias a ello tiene derecho a lucrar en exclusiva de las toneladas de dinero que destinan países ricos, fundaciones y grandes millonarios para proteger los derechos humanos. Recordemos que las sabelotodo en esta materia son las oenegés. Monopolizan la defensa de los derechos humanos de los terroristas, aunque jamás la de sus víctimas. Y entonces el dinero fluye solo a su bolsillo. En consecuencia, ¿para qué determinar el límite entre que un Estado viole o no derechos humanos en la lucha contra el terrorismo? Mejor es interpretar antojadizamente la realidad. Es así como la progresía consigue hacer escándalo, pues decide dónde sí y dónde no se producen violaciones. Tremendo invento que permite a las oenegés crear crisis política y finalmente orquestar sonados procesos judiciales, allí donde solo, repetimos, solo las oenegés se encargan de la defensa –muy bien rentada– de las víctimas del Estado; es decir, ejercen la tutela de los terroristas groseramente financiadas por gobiernos, corporaciones y herencias acomplejadas por el tamaño de su riqueza.

Sin embargo, aparte de lucrar con los derechos humanos –y amasar un fenomenal poder que espanta a gobernantes, medios y jueces–, las organizaciones pro derechos humanos detienen la acción de policías, fuerzas armadas, fiscales, etc. en su batalla por defender a la sociedad del ataque terrorista. ¿Es eso ético acaso? No. ¿Políticamente aceptable? Tampoco. ¿Delito? Creemos que sí. Y doblemente punible. Porque las oeneges impiden también la acción del Estado contra el tráfico de drogas. Por ejemplo en el Vrae, donde –proge dixit– lo que hay es narcoterrorismo. En consecuencia al frenar la labor de la Policía y la FF AA, y luego al defender en foros los dd hh de los terroristas –guachimanes del clorhidrato de cocaína– las oenegés protegen al narcotráfico. A ver, señores del Poder Judicial y de la Fiscalía, es hora que elaboren un proyecto de ley para judicializar esta escandalosa complicidad. 

Qué diferente mensaje el que existe, por ejemplo, en España, donde, reiteramos, los partidos políticos han suscrito un acuerdo que persigue de la manera más implacable posible al terrorismo, proscribiendo además cualquier homenaje a terrorista alguno. Acá, mientras tanto, estamos en las antípodas. Preparamos un mausoleo –llamado museo de memoria– donde se rendirá homenaje al “terrorista torturado”.  

jueves, 7 de mayo de 2009

Cualquier semejanza es casualidad

Hablábamos ayer de la situación en la que pudiera verse envuelto Estados Unidos si la administración de Barack Obama cae en la trampa de oso de establecer una comisión de la verdad en esa gran nación. 
Los caviares del mundo intentan subirse al caballo anti Bush de los Demócratas, alrededor de lo cual insisten en que el gobierno anterior violó derechos humanos de los fanáticos islámicos que –por primera vez en la historia del Tío Sam– atacaran el Homeland. Si ello fuese así –es decir, si EE UU cediera a la presión caviar– sería el comienzo del fin de su poder hegemónico. Por eso resulta sintomático que en el momento en que Barack Obama está contra las cuerdas por la depresión económica que soporta su país, y se encuentra además desesperado que aquello le reste apoyo popular al poco tiempo de instalado la Casa Blanca, las oenegés caviares decidan lanzar –en esa coyuntura, reiteramos– una campaña mediática masiva para comprometer al gobierno obamita a que establezca una comisión de la verdad.

Por lo pronto la progresía mundial ya consiguió que el gobierno de los Estados Unidos desbloquee documentos secretos que, a juicio de los políticamente correctos, revelan la comisión de tortura a los prisioneros en Guantánamo. Se trata del llamado plan SERE (Survival, Evasión, Resistance and Escape) diseñado por los sicólogos James Mitchell y Bruce Jessen, que consiste en el uso del “waterboarding” –echarle agua en la cara al prisionero echado, práctica de vieja tradición y muchas variantes en América Latina, particularmente en Cuba–; asimismo comprende el aislacionismo total del prisionero, y el obligar a que éste corra encapuchado en ambientes de la prisión. En paralelo a esa revelación –avalada por Obama– la progresía ha logrado que EE UU prohíba los tribunales militares para juzgar a terroristas.

Pero la demanda de las organizaciones derechohumanistas para que se conforme la comisión de la verdad en el gigante del Norte es solo una excusa. Su propósito es sentar en el banquillo de los acusados a todo funcionario del régimen Bush que haya tenido que ver con las guerras en Afganistán –iniciada un mes después del 11 de setiembre– e Iraq. La meta es acusarlos de haber urdido una trama legal para redefinir lo que es tortura y reinterpretar leyes sobre ella –ajenas a la Convención de Ginebra de 1949– respecto al trato a los prisioneros de guerra, para finalmente cometer crímenes de lesa humanidad contra los acusados por terrorismo. La demanda abarca a la Casa Blanca, a la cúpula del Pentágono, al Departamento de Justicia, al Departamento de Estado, a los directores de la CIA, y a los mandos militares y subordinados que ejecutaron los abusos.

Es mera casualidad si existe semejanza entre lo que le sucedió al gobierno de Fujimori –por derrotar a Sendero y al Mrta– y la suerte que pudieran correr los republicanos tras repeler el ataque de Al Qaeda. Al final, como siempre, la derecha será acusada de genocida; quedarán en calidad de víctimas triunfantes los terroristas; y sus abogados de la izquierda progre se perennizarán como monopolistas de la verdad y la ética.

miércoles, 6 de mayo de 2009

El escorpión y la rana

En realidad, más preocupa Estados Unidos por su dudosa perspectiva sociopolítica que por su depresión financiera. Tras muchas décadas de haberle exteriorizado al mundo confianza, liderazgo, estabilidad, fortaleza, etc., resulta que la primera potencia del planeta empieza a comportarse como país tercermundista, echando por la borda esa tradición de supremacía ganada en base a haberse comportado a lo largo del tiempo en forma consecuente –subrayamos la palabra consecuente– con su predicamento. 

Inclusive sorprende que en torno a una sociedad avanzadísima como aquella empiecen a brotar síntomas típicos de banana countries. Basta decir que el Tío Sam fue incapaz –como cualquiera de esas naciones “latinas o africanas”, a las que tanto desprecia– de detectar la burbuja inmobiliaria y la mega especulación financiera que se generó a vista y paciencia de sus mejores académicos; o confirmar que en la Meca de las finanzas del orbe se gestó un Clae de 60 mil millones de dólares; o recordar que hace poco cayó a un abismo un bus cargado de turistas cerca de la ciudad de Reno; o que hace un par de días se vino abajo la estructura del techo del famoso estadio The Dallas Cowboys. 

Anécdotas aparte, lo que de veras inquieta –y que asemeja aún más a EE UU a cualquier país del Tercer Mundo– es que por afán politiquero, Barack Obama venga gestando sotto vocce conformar una comisión de la verdad para llevar a los tribunales al régimen Republicano, al que acusa de haber violado derechos humanos en la guerra contra el terrorismo de Al Qaeda. Hasta el momento no se sabe si Obama haría que intervenga en esa eventualidad la Corte Interamericana de Derechos Humanos CIDH. Por algo se llama “Interamericana”, ¿no? Aun cuando USA jamás admite que tribunal internacional alguno se pronuncie sobre las sentencias de su Corte Suprema. Pero al paso que van las cosas lo que restaría para que EE UU adopte la cota tercermundista sería contemplar a figuras republicanas –como George W. Bush, Richard Cheney, Condolezza Rice, etc.– sentarse en el banquillo de los reos delante de los togados de la Corte IDH. 

Dicho sea de paso, la relación que mantiene el establishment norteamericano con la progresía que maneja la Corte Interamericana –madre de todas las oenegés políticas– la grafica muy bien la fábula del escorpión y la rana. Recordemos que el primero pide a la ranita llevarlo encima para cruzar el río y que no temiera, porque sería incapaz de picarla ya que entonces se hundirían ambos; pero estando ya a mitad del río el escorpión picó a la ranita la que, antes de hundirse envenenada, preguntó ¿por qué los has hecho? ¡Porque soy un escorpión! Y eso es lo que podría sucederle al Tío Sam de tanto jugar al financista de las oenegés, con tal que la izquierda lo deje actuar sin enfrentarse como en épocas anteriores. Porque al final del día las oenegés progre –como buenos escorpiones– acabarán envenenando a quien le dio de comer, tomar, vestirse, viajar, divertirse como millonarias. Aunque reconocemos que sería el final de sus días como nación líder si EE UU acaba cogido de cierta parte por la progresía caviar.

martes, 5 de mayo de 2009

¿En qué estamos?

¿El tamaño de la crisis económica que estamos viviendo permitirá que los mercados retomen su vigor, las bolsas se recuperen, los bancos vuelvan a capitalizarse y las empresas en general dejen de quebrar? ¿O acaso estamos ad portas de una revolución del sistema capitalista de libre mercado? Nadie se atreve a negar una ni otra opción. 

La verdad es que desconcierta hasta al más pintado de los analistas el hecho que, entre otros ejemplos, se hayan ido a la quiebra multinacionales como Lehman Brothers o Bear Sterns; o que el Tío Sam haya “facilitado” 50 mil millones de dólares a Chrysler y General Motors, la otrora empresa más grande del orbe, y que a pesar de ello la primera ya entró al Indecopi norteamericano y la segunda esté a punto de hacerlo. Pero la situación confunde sobre todo porque titanes de la banca como Citibank, UBS, Bank of America, JP Morgan, Wells Fargo, Lloyd´s, etc. solo pudieron salvarse del despeñadero recibiendo cerca de un trillón de dólares como inyección de capital. Pero lo cuestionable es que no la consiguieron –como correspondía hacerlo en el sistema capitalista de libre mercado– acudiendo al aporte de sus accionistas ni tampoco mediante la colocación de papeles en el mercado bursátil, sino recurriendo al recurso populista de recostarse en los contribuyentes; es decir en el dinero facilitado bajo el interés político. 

Ahora, lo que asombra de esas iniciativas objetables es que la traición al libre mercado se produjo durante un gobierno Republicano. Porque fue el régimen de George W. Bush, asesorado por Henry Paulsen, ex No. 1 de Goldman Sachs, el mayor banco de inversión del planeta, el que le otorgó a la gran banca, fundamentalmente, y también a la industria automotriz, cantidades siderales –aún indeterminadas– de dinero público sin control alguno, sin condicionamientos previos, y sin prever las consecuencias políticas de tal decisión. Y una de las consecuencias más preocupantes en materia política que debió calibrar la administración Bush –conocía lo frágil de su supervivencia, no solo por el caos financiero sino por los serios mitos creados en torno a Iraq, y por tanto era evidente que el siguiente gobierno sería Demócrata– fue que un candidato como Barack Obama aprovecharía los yerros populistas de su antecesor para capitalizarlos a su favor.

Y eso es justamente lo que viene sucediendo. Barack Obama ahora dirige, entre otras gigantescas corporaciones, a la gran banca, a la principal compañía de seguros, a casi toda la industria automotriz, a las dos macro emisoras de hipotecas. Obama decide entre otras gestiones empresariales cuál compañía va o no a la quiebra; asigna la participación que tendrá en ellas los trabajadores –no según la deuda laboral sino de acuerdo a su criterio político–; define los bonos que podrán pagarse a los ejecutivos, etc. Es decir, hablamos del más puro capitalismo de Estado. En consecuencia, si ello no es suficiente motivo para insinuar que nos encontramos ad portas de una revolución del sistema capitalista de libre mercado, ¿qué más haría falta? ¿Que la revista Forbes nombre al señor Obama el mayor empresario del planeta? Porque, corporativamente hablando, hoy Barack Obama controla muchísimo más recursos que, juntos, Bill Gates y Warren Buffet.

lunes, 4 de mayo de 2009

¿Ha sobrerreaccionado el mundo?

Hagamos un poco de historia de las pandemias (enfermedad epidémica que se extiende a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región). Quizá la peor plaga que registra la historia contemporánea fue la “gripe española” de 1918. Mal llamada “española” porque, como ha vuelto a ocurrir ahora, el agente infeccioso fue llevado a Europa desde Norteamérica. En aquella ocasión por las tropas norteamericanas que desembarcaron en Francia para combatir en la Gran Guerra, y se esparció por España empezando por el País Vasco. Sucedió que para no desmoralizar a la población en plena Guerra Mundial, los medios –en ese momento los periódicos– se negaron a informar que el brote de pandemia –en rigor una gripe aviar similar a la que hace pocos años se desató en el Asia– se inició precisamente entre las tropas de EE UU. La gripe española mató en ese entonces a más de 50 millones de personas. La misma cifra de muertes causada por esa otra pandemia del siglo pasado, el sida.

Ahora transportémonos al momento actual. ¿Ha sobrerreaccionado el mundo –fundamentalmente el primer mundo– ante los casos de influenza AN1H1 que habrían empezado también en América del Norte, concretamente en México? ¿Es posible que a pesar del fenomenal avance de la medicina en el mundo tras las multimillonarias inversiones detrás de la riquísima industria farmacéutica, las plagas –sí, amable lector, las plagas, como en las épocas de las cavernas– sigan siendo una amenaza tan grave para el planeta, ya en pleno postmodernismo del tercer milenio? ¿Se trata en rigor de una medida acertada -y proporcionada– en resguardo de la humanidad, o existen acaso segundas intenciones detrás de este anuncio que, para algunos curiosos, tiene ribetes un tanto apocalípticos? ¿Es dable entonces que esta Espada de Damocles, que este azote universal se presente de la noche a la mañana de una manera sofisticada, soterrada y abrupta que a una sociedad avanzada como la actual no le quede sino tomar medidas alarmistas e imprecisas como las que vienen adoptando las Naciones Unidas (OMS) y los países más avanzados del orbe? Pues parece que todo esto y mucho más es posible –no se sabe si probable– en este planeta querido que concebíamos como verdaderamente avanzado en materia científica.

Lo curioso es que esta alarma roja –que empezó bajo el título surrealista de “gripe porcina”, hundiendo de paso a la ya golpeada industria del mismo nombre– se presenta en paralelo al colapso de las economías del primer mundo y en plena caída en vacío de las empresas más poderosas de la Tierra. Es decir, no solo el mundo se ha empobrecido en cifras siderales –se habla de 10 trillones de dólares– sino que encima Dios lo estaría castigando con un cataclismo viral de megaproporciones que acabaría diezmando a su población. Hasta el momento el número de personas contagiadas con el virus AN1H1 no llega a mil en toda la Tierra y los muertos no pasan de 150. Creemos pues que es momento que las autoridades evalúen con toda asepsia la magnitud de la alarma roja que han colocado en torno a la llamada fiebre porcina. Hay que evitar que el pánico que vienen generado los anuncios acaben por liquidar a la tan maltrecha economía mundial. 

viernes, 1 de mayo de 2009

Oenegés cómplices del narcotráfico

A ver si algún progre se atreve a saltarnos a la yugular porque aquí afirmamos, sin ambages, que las oenegés políticas defienden el narcotráfico. Quizá el cinismo de esa izquierda elegante la incite a ensayar algún puyazo contra este escriba, como suele suceder. 
Como siempre sería un honor viniendo de esa ralea. Pero a pesar de su rabieta, los zurdos de salón jamás podrán negar esta verdad palmaria: las oenegés que manejan los caviares defienden al narcotráfico. Y ello, amables lectores, es un crimen de lesa humanidad. Así de sencillo. Y así de grave.  

Lo más interesante es que la complicidad de las oenegés progre con el narcotráfico es producto de su hipocresía. Porque con el propósito de proteger a su principal cliente –el terrorismo– para asegurarle millonarias indemnizaciones de tribunales locales y de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, los políticamente correctos idearon la teoría que lo que hoy existe en el Perú es apenas narcoterrorismo. El objetivo es bajarle el tono a Sendero Luminoso, relajando su verdadera denominación –secta terrorista y genocida– por la benevolente calificación de narcoterrorista, algo que lo haría en todo caso lindar más con la delincuencia que con el terrorismo. Puro interés crematístico, pues así la lucha del Estado peruano ya no sería contra una banda sediciosa sino contra vulgares guachimanes de traficantes de droga. Y claro, en ese caso el Estado no podría usar todo su poderío, es decir no podría repeler debidamente a Sendero para eliminar el terrorismo en el país, lo que sin duda le daría ventaja al terror y facilitaría de paso las acciones de las oenegés en su delirio por seguir denunciando al Estado por violar los derechos humanos de sus patrocinados.

Sin embargo esa ecuación no funciona. No es posible equiparar a Sendero con un simple guardián de productores de cocaína. O es terrorista o es un eslabón estrecho, directo del narcotráfico. En otras palabras, el hecho que Sendero preste un servicio rentado de resguardo armado a los narcoclanes no lo inhibe de ser un integrante de esos clanes, ergo lo convierte en miembro nato del narcoterrorismo mundial.  

En consecuencia deviene en jurídicamente muy delicada la situación de las oenegés que defienden al terrorismo en el VRAE. Porque muy sueltos de huesos sus representantes han presentado una parafernalia de denuncias judiciales contra soldados peruanos, a quienes acusan de violar derechos humanos de comprobados narcotraficantes, en rigor terroristas asimilados a los narcoclanes que operan en nuestro territorio. Pero, ¿es esto posible, señores de la Judicatura peruana? ¿Acaso estas oenegés no están actuando por y para el narcotráfico? Si bien el terrorismo es un crimen perseguido en el mundo entero, es evidente que la izquierda jurídica mundial ha conseguido relajar su judicialización. Por lo menos en los países tercermundistas les otorga el calificativo de rebeldes, revolucionarios, o luchadores sociales. Sin embargo, ¿es posible que el país permita que un clan de oenegés le guarde las espaldas al narcotráfico? ¿Dónde estamos, señor presidente del Poder Judicial, y señoras ministra de Justicia y Fiscal de la Nación?